quinta-feira, 4 de junho de 2009

Las células de hidrógeno.


El primero se desarrollaron las células de combustible en el siglo XIX. Sin embargo, no tuvo aplicación práctica hasta 1960, cuando eran la solución ideal para el programa espacial americano, porque produce energía y agua potable.

En general, su principio de funcionamiento es el inverso de la electrólisis.

Se trata de un proceso electroquímico que inyecta hidrógeno y oxígeno a través de un catalizador que convierte en agua pura, la liberación de energía.

La tecnología muy prometedora para el futuro porque es una manera de generar energía limpia y el agua. Ambos cada vez más escasos en todo el mundo. No hay que perder el agua que se reunión la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Ya existen sistemas híbridos de células fotovoltaicas combinadas con las pilas de combustible. Estos sistemas son interesantes porque de una generación para asegurar la continuidad y de forma autónoma. Es decir, mientras hay sol, las células fotovoltaicas producen energía que alimenta el consumo y el excedente es la electrólisis del agua que separa el hidrógeno del oxígeno. Cuando no hay sol, las pilas de combustible entran en funcionamiento por el proceso inverso, la generación de energía. Este sistema es cerrado, es decir, el agua se utiliza en un bucle continuo.

Todavía hay algunas dificultades técnicas para superar debido a que el sobrecalentamiento y las células más eficientes son los catalizadores de platino. Además del oxígeno y el hidrógeno debe ser puro.

En la actualidad, el Nafion se utiliza para reducir el costo de los catalizadores y gran parte del problema ha sido superado.

Sin embargo, ya hay vehículos, teléfonos celulares, computadoras portátiles y otros equipos con células de hidrógeno. Toshiba por ejemplo, los generadores de microondas para pequeños dispositivos.

Japón ya ha comenzado la fabricación de vehículos en escala industrial.

En los Estados Unidos, Japón y Alemania se está instalando una red de puestos de suministro de hidrógeno.

En Brasil, a pesar de ser un poco tarde en comparación con otros países como Japón, Alemania y los Estados Unidos, Petrobras ha desarrollado un prototipo de hidrógeno de un vehículo utilizado en la etapa experimental para varias empresas.

En la actualidad, la fuente más barata de hidrógeno es el gas o el etanol. Pero esto no es una solución permanente. El gas es un hidrocarburo y no renovables en la matriz energética mundial. Sin embargo, el etanol, aunque es cuestionable en vista de la renovada crisis mundial de alimentos y la necesidad de utilizar fertilizantes que provienen del petróleo. La solución ideal es un híbrido con células fotovoltaicas.
Cuando todas las dificultades técnicas de esta tecnología se superan, los coches y las casas podría convertirse en micro-plantas de generación de energía a la autosuficiencia. El excedente podría ser comercializado.

La tecnología es tan prometedor que se habla ahora en la era del hidrógeno para sustituir a la era del petróleo.





Lucas Bandini

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